La puerta de la casa se abre. Ella entra, caminando a pasos largos en sus zapatos Nine West. Cansada de trabajar, murmura un -Hi! general para los que estamos en la cocina. Desaparece, corre a su habitación. Vuelve cinco minutos después, vestida, no menos elegante, ni con un atuendo menos costoso, sólo más cómoda. Se asoma a la cocina, el agotamiento se refleja en su cara. Y aún no termina, aún tiene que cumplir con otras obligaciones antes de dar su día por hecho.
Mi niña y yo, sentadas en la mesa de la cocina hablando de todo y de nada, la vemos correr por la casa. Tratando de arreglar su bolso, ordenando papeles, escucha el llamado de su celular que parece no abandonarla jamás, la música perpetua de sus dias ocupados. Lanza un suspiro, y un -Oh my God!- el teléfono suena y ella deja que la llamada se vaya al correo de voz. Vuelve a la cocina, se envuelve en su bufanda gris de seda. Mira a la mesa, se dirige a la niña y le pregunta:
- Are you ready to go?
- YesEn ese momento, me mira, suspira, y se lamenta.
- Oh Gosh! It doesn't stop! It's just one thing after the other. It's just crazy. Only American women right? Only American women work this hard.
En un segundo, a mi mente llega la imagen de tantas mujeres, americanas o no, que cumplen la labor más invisible y más dura de todas, con o sin labores extras: son madres, esposas, hermanas, hijas y toderas que mantienen la familia unida. Trabajan largas horas, agotadoras y extenuantes jornadas laborales, dentro y/o fuera de la casa para proveer a quienes las rodean del bienestar de un hogar. Sin ir muy lejos, recuerdo a mi propia mamá, quien a sus años trabaja, aún cuando sería el tiempo de retirarse. También recuerdo que cada mañana alrededor de las cuatro de la mañana mi cuñada lidia y mide el tiempo para hacer que en su horario de doce horas diarias de trabajo exista un espacio para mantener la casa limpia, hacer de cenar, hacer mercado, pagar cuentas, revisar tareas y pasar tiempo de calidad con sus hijos.
No me atreví a contradecirla. No me atreví a decirle que en mi humilde opinión, pienso que en todas las latitudes existen trabajadoras incansables, fuertes e independientes de todas las nacionalidades, como ella misma lo es. Atino a mirarla, divagando aún entre las imágenes de mujeres que se parten el lomo todos los días por sus familias, y murmuro: Yeah.
Ella continua con su suspiro alargado y dice
-And this is what is supposed to be a liberated woman! Agg, liberated women, yeah right!
Dirige de nuevo la mirada a su hija, su hija preadolescente y le dice:
- Marry rich Julia, filthy rich.
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