Recuerdo este mismo dia hace un año. Mi vida empacada en una maleta no muy grande y el adiós a mi familia. Mi primera vez en un avión y la vista hermosa del atardecer sobre la ciudad de Nueva York. Recuerdo la familia esperándome y el incómodo momento de no saber que decir. Recuerdo la autopista y la luna llena recorriendo por primera vez los Estados Unidos. Recuerdo esta misma hora, en la que las preguntas iban y venian en el carro. Y mis chicos dijeron que habia una sorpresa en la casa. Y Spencer se quedó dormido en el camino. Recuerdo ver la casa y pensar (en serio que lo pense) Mi casa es más grande. Ver al perrito y pensar, que perro más feito.Luego de un viaje de 12 horas con escalas y retrasos. Me encontraba a las diez de la noche en el que seria mi cuarto, en este mismo desde el que escribo hoy. Recuerdo haber apagado la luz, acostarme en la cama y llorar hasta quedarme dormida. Yo no lloré en el aeropuerto, ni en el avion, vine a llorar aqui, donde nadie me vería. Me derrumbé como si fuera de arena y me sentí tan pequeña, tan perdida, tan descorazonada que el simple recuerdo me hace sentir triste.
Recuerdo pensar que jamás lograría completar un año. Recuerdo pensar en este día, primero de Septiembre de 2010 y decir que no llegaría nunca.
Un año. Al mirarlo en retrospectiva, no tengo palabras para describir mi experiencia, simplemente es grato saber que lo he vivido al máximo y que aún me queda otro tiempo para seguir explorando, para seguir explorandome.
Felicidades J, eres toda una guerrera...acá estás. Sobreviviste.
