Monday, September 26, 2011

Mayita

Alguna vez una muy buena amiguita mexicana que me acompañó en un par de viajes y también estaba por terminar, me dijo:

Verdad que uno conoce muchas niñas pero uno nunca olvida a la primera amiga que hizo aqui?

Verdad, o por lo menos para mi. La primera amiga que hice en los Estados, fue la misma que me llevó al aeropuerto el día que me fuí.

La experiencia como Au Pair, además de una buena familia, vivir en un sitio que no sea en medio de la nada, no trabajar mil horas a la semana y niños medianamente manejables, necesita de un factor vital para hacerlo más llevadero: AMIGAS y digo amigas porque uno conoce 200 niñas por 1 niño, asi que generalmente uno hace amigas más que amigos y es MUY importante hacerlos porque es totalmente necesario para nuestro bienestar mental. Toda AuPair tiene que desarrollar habilidades sociales que en condiciones normales no se expondría ni siquiera, pero hace parte de la experiencia y de todas las personas que conoces, hay amistades especiales que quedan para toda la vida.

Esta entrada es obviamente dedicada a mi primera amiga: Maria, alias Maya o Mayita, mi compañera de aventuras y desventuras durante el tiempo que decidi ser Au Pair y muchas veces mencionada en este blog.

Yo llevaba como 15 dias viviendo en Ardillalandia. Desde el dia número 2 mi interés principal fue buscar donde estudiar. La au pair anterior (y esto va para todas las au pairs que finalicen) muy amablemente me escribió una carta contandóme datos de interés general para una desubicada primeriza como yo: universidades que quedaban cerca, mapas, folletos del tren, explicación paso a paso de cómo tomar el bus, el tren, cúanto costaba, cómo pagarlo, y claro, un pequeño adelanto de los niños y la familia. Eso fue de mucha, mucha ayuda para mi. Uds saben , las que ya tuvieron la experiencia, cuando uno llega está increiblemente desubicado, como nunca antes en la vida y una manito (o en mi caso una carta) ayuda mucho a la hora de establecerse.

Nuestra primera salida en NYC
Volviendo a mi dia número 15. En el Community College, como en todos los Community College de este pais, ofrecen clases de ESL o Inglés como lengua extranjera y esa fue la primera alternativa que encontré para empezar a estudiar. Las mañana del examen de nivelación llegué corriendo al salón y me senté en el primer puesto que ví, me di cuenta que las niñas del lado hablaban en español (lo que a mis 2 semanas de estar en tierras gringas me alegró infinitamente). Y sin querer queriendo, me llegó el acento de Maya a los oídos y creo que no tuve momento más feliz en esos días que cuando decidí preguntarle a Maya.
-Eres de Bogotá?
-Si, Tu también???
- Si!! Yo también!! -Casi grito-.
La segunda pregunta fue, obviamente: 
-Eres au pair??? -Si! -Ahh yo también!

Y creo que eso fue todo lo que hablamos porque comenzó el examen. Maya acabó primero y junto con la otra niña salieron del salón. Ni siquiera le pregunté el nombre. Igual, terminé de contestar mi examen y salí. Oh buena fortuna que Maya decidió esperarme afuera del salón. Por qué? No sé, los llamados del destino jejeje. Ahí tuvimos tiempo para hacer las presentaciones del caso e intercambiar teléfonos, nombres en Facebook y demás. Ese día Maya me acercó en el carro a la parada del bus, aunque nunca le conté que cuando se fue descubrí que esa no era la parada y me tocó caminar un montooón hasta la parada q si era, por boba jejeje.

Mayita cumple unos dias antes que mi hermano menor. La diferencia no es mucha, 2 años y unos meses, pero tal vez por eso es que la siento más como mi hermanita. Pasamos muuuchas cosas juntas de esos dos años que decidimos pasar en tierras extranjeras. Pasamos dos años y sus ocho estaciones, los dos cumpleaños de cada una. Pasamos juntas la fortuna de vivir tan cerca de una ciudad tan impresionante como Nueva York y disfrutarla al máximo. Pasamos muchos dias caminando por sus calles: visitando museos, teatros, parques, buscando cafés, completando las cosas de la lista y corriendo por el último tren: claro, nunca alcanzábamos a cojerlo y por eso pasamos un montón de noches largas y mucho frio esperando el tren de las 6 am en Penn Station. Pasamos todas las penas y tristezas que la gente con familia y amores lejos pasan y el inagotable sentimiento de estar en casa ajena que viene anexo cuando se vive con una familia que no es la de uno.

Pasamos los dias de crisis, los aburrimientos infinitos, los dias de querer mucho nuestros niños y los de no quererlos nada. Pasamos los dias en que las host families se iban de vacaciones y aprovechábamos para hacer margaritas o mojitos y pasar los respectivos guayabos al siguiente día viendo televisión y comiendo Special K. Pasamos hambre haciendo dietas insulsas y nuestra felicidad-culpa comiendo Cheesecake en el Cheesecake Factory y cuanta comida rara o no muy saludable queriamos probar.

Pasamos momentos muy felices, muchas fiestas, muchas horas bailando y codeando tipos atrevidos se nos acercaban por detrás (yuk). Pasamos tardes completas en el centro comercial gastando nuestros dolaritos en cuanto SALE habia y también los tiempos de ahorro en los que no podiamos hacer nada divertido. Pasamos a cuentagotas los meses que nos faltaban para terminar hasta que se volvieron días. Pasamos muchas noches de pijamada, hablando hasta muy muy tarde o viendo Say Yes to the Dress o cualquier otro reality del que no aprendimos nada. Pasamos días buscando y probando comida colombiana de nuestro agrado cuando no nos pasaba otra cosa gringa sacada del congelador o la comida kosher de nuestras casas. Pasamos muchos kilómetros perdidas en Alti, el carro que conducia Maya (y eso fue por mi culpa, lo acepto, no soy buen copiloto).  Pasamos tardes planeando viajes y paseos, dias de sol en la playa buscando el bronceado perfecto; muchos dias de lluvia, de tormentas de nieve, días de no hay carro, de doblar ropa o hacer mi almuerzo o pasar mi noche de viernes mientras hablaba con Maya por Skype.

Siempre supimos que era un tiempo de nuestras vidas que no viviríamos dos veces: sin mayores preocupaciones, comida, techo y paga asegurada cada semana, qué más podiamos pedirle a la vida? Fueron dos años inolvidables, dos años en los que crecimos mucho y en los que nustra amistad creció también. Mayita fue mi apoyo, mi consejera, la mamá regañona que necesité muchas veces, la doctora corazón, la consejera de estilo y moda, la me llevaba a la casa cuando el bus me abandonaba o me sacaba cuando no tenia ganas de salir, compañera de muchos días felices y de los dias en los que añorabamos estar en Bogotá con nuestras familias, pero era mi fortaleza y mi suerte que ella se hubiera convertido en un sinónimo de mi familia en Estados Unidos: alguién que se preocupaba por mí, me acompañaba en los buenos días y en los no tan buenos y creo que a la final terminó por quererme también muajajaja. 

Ya se, ya sé. La declaración de amor, pero la que haya pasado por las mismas me entenderá. Maya y yo ya no somos Au Pairs, de las muchas cosas buenas que me pasaron en esos años, una de mis mayores ganacias fue ella y su amistad, la que espero me dure para siempre. Ahora compartimos el recuerdo de ese tiempo cuando la vida nos cruzó el camino en tierras muy lejanas y de tanto andar juntas nos convertirnos en hermanitas del alma y eso no lo olvidaremos jamás.

Mayita,
-Te quiero mucho y te extraño! ♥♥♥
Mira, te extraño tanto que te hice una declaración pública de amor jajajaja...
Dios te bendiga siempre por todo lo que hiciste (y haces) por mi. Espero verte pronto.
Feliz Dia del Amor y la Amistad.
-ahh es que en Colombia, es en Septiembre :)
Feliz dia a tod@s